octubre 31, 2010

Tulum y el acceso a la flexibilidad

vivienda flexible en Tulum por Artbanhil
Texto por Diego Rivermar


La concentración urbana de Tulum, en el Estado de Quintana Roo, experimentó en 2008 el principio de una expansión a largo plazo que se pronostica será de magnitudes colosales y que transformará profundamente la forma en que se vive en Tulum en la actualidad. Dicha expansión puede tener una explicación y es deseo del presente artículo vislumbrar una. 




El turismo es uno de los fenómenos que han influido la vida de casi todas las personas durante los últimos años. La gente viaja buscando lugares nuevos, con la esperanza de encontrar algo totalmente diferente. En congruencia con un mercado que busca el cambio, se busca desarrollar nuevos complejos que sean un buen negocio y que satisfagan las demandas de quienes buscan viajar al paraíso que no encuentran en sus vidas cotidianas. 
Esta situación de crecimiento y búsqueda de nuevas oportunidades hace de Tulum un punto de gran valor, ya que se encuentra en el cinturón turístico de la Riviera Maya y contará, es un hecho, con un aeropuerto internacional para hacer frente a las necesidades de expansión del turismo. Los visitantes representan una gran oportunidad de negocio, ya que el mundo, cada día más interconectado por medios digitales, se presenta como lo que la posmodernidad predijo aldea global. Algunos pueden retirarse al paraíso sin sufrir contratiempo alguno aún procediendo de grandísimas distancias, la transportación aérea es económica y las telecomunicaciones pueden llegar a donde sea. 
La maravilla de la tecnología permite a otros permanecer indefinidamente en el caribe, ocupándose de sus asuntos desde ahí. Analizando los hechos se puede decir que el turismo ha sido una actividad depredadora, no hace falta analizar casos muy lejanos al lugar que nos ocupa, como Playa del Carmen y Cancún. 
La metápolis que va de este último sitio a Tulum es un complejo sistema de interacciones políticas, culturales, económicas y sociales que tiene su primer gran polo de desarrollo en Cancún, que cuenta con la infraestructura que permite que siga ocupando un puesto hegemónico en la región. 
Sin embargo, este gran desarrollo ha significado la radical transformación del medio ambiente, volviéndose este enteramente urbano. La enorme biodiversidad presente en el entorno inmediato de Tulum hace de su conservación un asunto de primer orden, debido a que las pruebas de disminución de los ecosistemas a nivel mundial son palpables y el primerísimo responsable de dicha situación es el ser humano. La única manera conocida de preservar la diversidad biológica en su conjunto es alterando lo minimamente posible la intrincada red que involucra a las especies y sus interacciones con el suelo, el aire y el agua. 
Vemos pues contrapuestas dos realidades tal y como las vemos en los más variados ámbitos de la vida. La necesidad de conservar el entorno biodiverso no puede ser tomado ya como delirio, sino como realidad palpable y cotidiana, ante la que de seguir las cosas por donde se han llevado hasta éste momento no podremos hacer nada en el futuro. Es la grandeza del pensamiento humano la que ha provocado ésta situación, puede ser ella misma quien la remedie. A pesar de los múltiples conflictos que se pueden presentar en cualquier acción humana, la inteligencia debe servir para mediar entre las partes en disputa. 
La arquitectura es producto de la inteligencia y por ello puede hacer planteamientos que satisfagan la más amplia gama de intereses y visiones del mundo, factor fundamental en la previsible pluriculturalidad de Tulum. Podríamos hablar entonces de la necesidad de la existencia de un esquema arquitectónico flexible que conjugue el medio ambiente con la vida actual, de profundo cambio y crecimiento acelerado. La arquitectura responde entonces a un problema humano y todos los posibles problemas no humanos derivados de resolver éste.



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